La nueva Era ha dictado nuevas formas de guerra, a diferencia de las guerras que hemos visto en las noticias donde bombardeos eliminan a los enemigos existen otras formas, quizás más brutales de guerra: las guerras ideológicas.
Durante mas de dos mil años se han estudiado formas de anular las ideas del contrario y obligarlo a cambiar. Todos y cada uno de los imperios mantenía esta tarea desde que los romanos eliminaron a Cartago del mapa y se sigue haciendo hasta el día de hoy por cada país que pretende aprovecharse de uno más débil. Sin embargo desde hace unos setenta años muchos países encontraron formas de defenderse de este tipo de guerras, donde solo los agentes secretos salen muertos y uno que otro civil. Esta realidad oculta por todos y cada uno de los gobiernos persistirá por mucho tiempo mas. Eso no podremos evitarlo nosotros, lo que si podemos es entender por que funciona y porque se le denomina “guerra” y como la cultura juega un papel importante para resistir estos ataques.
Cuando aztecas y mexicas vieron Teotihuacan notaron que rebasaba por mucho, la grandeza que ya reconocían en la extinta cultura Tolteca. Acostumbrados a pequeñas chozas de adobe y un techo de paja, quedaron sorprendidos por enormísimas pirámides tan grandes como cerros y sin embargo, mostraban la mano del hombre en cada edificio. Debemos imaginar la gran admiración que debieron tener ante tales contracciones; pensarían “¿Por qué no se me ocurrió a mi antes?” al ver el buen trazado de sus calles y avenidas, el notar que los barrios tenían casas para toda su población y tenían acueductos y baños con agua corriente, evitándose así enfermedades y malos olores. Dentro de su ignorancia y sorpresa tuvieron una de las mayores ideas que formo su forma de ser. Buscaron imitar la grandeza de esa cultura, que pensaban eran descendientes directos de los dioses y buscaron tener siempre, un tolteca en sus casas para aprender de ellos y poder gobernar para el bien del pueblo en general. Esto consolido la ideología verdadera de los mexicanos al convertirse en imperio, el Imperio Azteca.
La influencia de este imperio fue tal y su grandeza era tan evidente que despertó la envidia de todos a su alrededor, aquellos que se negaban a ser grandes y bien hechos padecían siempre pues no se educaban ni buscaban bien en el pueblo, solo querían consolidar sus castas locales y ser diferentes a fuerza; esto era cosa de todos los días hasta la llegada de los españoles. Sin embargo, quedo marcada una forma de ser de la nación mexicana, aprender de la grandeza de otros, asesorarse siempre de los mejores y buscar engrandecer tu pueblo ayudándole a toda su gente a sobrevivir dignamente. Sin embargo, las ideas individualistas impuestas por los españoles eran totalmente diferentes, eran lo contrario, pues encontraron que fomentar el individualismo hacia que fueran corruptos, que podían ser capaces de traicionar y la iglesia les facilitaría una nueva relación con el imperio español. Esto si bien modifico los grupos sociales, a la larga hizo que la huella de las ideas indígenas solo se mezclara y escondiera ante los españoles. Se fusionaba con las alegorías en las fiestas religiosas (que debemos notar que los sacerdotes católicos imponían sus celebraciones justamente en las fechas importantes para las culturas indígenas, pretendiendo que unas borraran las otras), mas la resistencia se mantenía aunque cada vez perdía fuerza y la apatía estaba reinando. Hasta que la independencia y la reforma dieron los elementos para que la cultura renaciera con estos tintes tan extraordinarios y propios de México, pues al ser nación soberana, ya podía resaltar de forma oficial el modo de ser de los mexicanos. La revolución es una de los mayores recordatorios pues fueron las masas oprimidas y en búsqueda de ejercer un derecho para el pueblo y para todos. Interesante, pues la única forma de darse una revolución es cuando todos piensan en las necesidades de todos y están dispuestos a cambiar las cosas por el medio que sea. Estas ideas se consolidaron con Lázaro Cárdenas y la forma en que nuestros emigrantes mexicanos se asentaban desde hace décadas en Estados Unidos de América, pues desde entonces las ideas de los mexicanos ya molestaban en aquel país, pues ya no eran estos descendientes de mexicanos que se habían quedado atrapados en los territorios perdidos de California hasta Texas, sino, mexicanos con la idea de buscar trabajo, dinero y fortuna en aquel país sin querer ser como ellos. Esto dejaba ya la puerta para problemas sociales que en un principio parecían posibles de resolverse, mas hasta hoy día se han complicado.
Los estadounidenses alegan que su cultura esta en peligro (mi mente se siente mareada pues le es imposible definir una cultura para ese país, a lo mucho será una cultura gringa: expansión imperial por la vía del garrote), por si fuera poco, algunos de nuestros coterráneos que viajan empiezan a tener la misma opinión. Quizás somos incapaces de darnos cuenta que quienes se quedan en EU aprenden de su entorno y por lo general, están rodeados de la escoria de la sociedad americana y la copian tal cual. Se transforman en delincuentes o incurren en delitos contra la salud. Nada que no sea una copia de lo que ven cada día.
Más alla de nuestra aspiraciones y ego, la realidad nos pone con los pies en la tierra
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